Luego de un suculento desayuno, soltamos amarras en Alsina, hacia mas de una hora que nos habíamos despertado, una tenue bruma nos demoró hasta bien aclarado el día.
Zarpamos exactamente a las 0800, atrás dejamos lo que en el futuro será seguramente un puerto ganadero, desde muy temprano la gente había comenzado su rutina diaria, nosotros también habíamos acompañado ese amanecer aunque sin pertenecer, del todo, al paisaje. De a poco la neblina obedeció al sol y se fue.
El río Baradero estaba muy crecido, nunca sondamos menos de 12 pies, y normalmente teníamos 20 “patas” debajo de la quilla.
Reconocimos muy mejorado el Club de Regatas Baradero, justo al lado Puerto de Baradero, eran las 1040.
Dejamos por babor recuerdos de triatlones esforzados, surgían en mi mente,imágenes de amigos como Leandro Maderal, una vez mas la vi a Gra salir del agua en el tramo de nado, justo allí, a un costado de las instalaciones portuarias, pero el Iporâ, no me dejó soñar, dejó atrás esos momentos jamás olvidados.
Pudimos disfrutar de ese tramo las costas tan íntimas y generosas dejan ver su vida, sus aves. En todo el tramo anterior no habíamos visto tanta concentración de Sirirí Pampa que nos sorprendió, tanto que ni pudimos fotografiarlos, los conocidos Chimangos y Caranchos algo revoloteados por un Taguató que dominaba la zona, muchas cigüeñas y sin fin de pájaros alegraban el entorno, el viaje fue entonces mucho mas corto, en ese tramo.
Luego de dejar la isla Dos de Oro por estribor entramos a la laguna de San Pedro, justo a las 1305. Es interesante destacar que para encontrarse con el Gran Paraná, saliendo del puerto de San Pedro hay que respetar rigurosamente las boyas, es muy tentador salir al cruce del canal, cuando este se nos muestra todo a lo ancho, con un NE respetuoso e interesado, pues nos hace ahorrar una buena cantidad de cientos de metros, pero es la zonda ecoica que nos llama a reflexión con 2 “ debajo de la quilla. Obedientes con rumbo como para volver a casa nos arrimamos al canal, hasta boya que lo marca, estábamos en el Km 275 del río Paraná.
Siempre buscábamos la parte cerrada de las curvas y codos, la zonda ecoica facilitaba el trabajo permitiéndonos verilear en 15 o 20 pies el borde mas esquivo para la corriente, igualmente esta se hacía notar, navegamos a un promedio de no mas de 4.4N, aunque en este tamo el río Baradero nos permitió cortar camino, pues entramos mas o menos 10km en el Baradero desde el Km 141 del Paraná de las Palmas, y estamos fondeados aguas arriba de la boya roja del Km 307. Eso nos hizo recorrer los casi 160 mentirosos kilómetros en complicidad con el atajo del rio Baradero.
El hecho de “enderezar” el recorrido, nos da alguna ventaja sobre los grandes buques que deben rigurosamente respetar el canal.
Al salir de al Paraná nos recostamos a babor acariciando las islas De Largo, Del Medio y cuando veíamos a lo lejos la Vuelta de Obligado buscamos la costa Norte, así viramos el sitio histórico que llena de respeto a todos, por aquellos bravos que permitieron que estas aguas sigan siendo nuestras.
Un fino a la costa de estribor , una respetuosa mirada a la barranca con su monumento, y obligatoriamente debimos buscar la costa opuesta , la corriente nos demoraba, recién cuando el rio dobla al oeste volvimos a cruzarlo decididos a encontrar un lugar donde pasar la noche tranquilos, llegamos a nuestro fondeadero, donde siempre nos espera un árbol ribereño que extiende sus ramas , como manos amigas para sujetar al barco, una vez mas la Bruce del Guaraní , a popa, hizo lo suyo, pues los cabos que amarran al barco a proa, no trabajan , quiere decir que una contra corriente costera nos ayuda a mantenernos en sitio abrigado.
Son estos amarres los que me hacen pensar que no hay puerto que pueda igualarlos, mucho menos mejorar el cercano contacto que se logra con un barco, en estas situaciones.
El Iporâ descansa y se bambolea muy suavemente en 33°31,121´S – 59°50,741´O . Luis pesca ¿?...
Pensábamos que el día había terminado, bien cenados estábamos preparando todo para un buen sueño.
Una luz de reflector , muy potente, iluminó todo el interior del barco, de inmediato encendimos luces interiores y en el cockpit abrimos las lonas laterales como para mostrarnos sin ocultarnos.
Una vez mas una lancha abierta de prefectura nos había confundido con cazadores furtivos, al instante se dieron cuenta que jamás podríamos serlo, y al ver el “Todo bien “ escrito en guaraní en la carroza, también nos reconocieron.
La charla se extendió, nos contaron de su problemática y verdaderamente esos dos funcionarios de la Prefectura hacen mucho mas que seguir amablemente a dos navegantes trasnochados, cuidan la fauna persiguiento el furtivismo, que no es lo que un poblador pueda cazar para comer , sino aquel negocio que algunos hacen , matando fauna que en definitiva es de todos.
Lamentablemente para algunos debo decir que estoy en contra absolutamente de la caza, salvo aquello que antes mencioné.
Todo lo demás no lo veo ni deportivo ni me convence que alguien que puede comprar su comida, mate aquellos tesoros que la naturaleza muestra y que son tan escasos hoy en día.
El Pantanal que yo ví es distinto a esta región , justamente por el furtivismo, la caza deportiva, y la transformación del medio ambiente.
Ya que hay cazadores que dicen estar practicando un deporte, me gustaría saber cuáles son los casos, como en todo deporte sucede, que gana el otro. Vi cientos de carpinchos, y me gustaría saber que valor tiene dispararles un tiro y matarlos. ¿Que amenaza recibía el deportista?, donde pudo demostrar su valentía en ese acto?... en fin no soy yo el que deba responder, quizá a algún cazador le trasmita mi duda…
Por todo esto me alegra y hace sentir orgulloso que una institución como la PNA, haga difícil el furtivismo, entre otras cosas. Gracias por eso.
Continuará ?…